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La Vizcondesa y la Semana Santa



Desde 1928 a 1937, prácticamente hasta su muerte, la Vizcondesa de Termens sería hermana mayor de la Virgen de las Angustias y del Cristo de la Expiración de Cabra. Con Carmen Giménez, las cofradías de las Angustias y de la Expiración se unieron y se pusieron al nivel de boato y lujo de las más antiguas de la ciudad cordobesa. Los nuevos componentes estéticos incorporados por la Vizcondesa de Termens a la Semana Santa de Cabra, la acercó claramente al estilo sevillano en detrimento de la formas tradicionales locales. Como señala acertadamente el investigador José Garrido, aparte de sus sentimientos religiosos y su loable labor caritativa y piadosa, la Vizcondesa de Termens con su apoyo a las parroquias, a la Virgen de la Sierra, y a las cofradías de Semana Santa, quería manifestar públicamente su ascenso y categoría social, emulando de esta forma el papel que hacían igualmente otras familias distinguidas en aquella y otras ciudades, como por ejemplo los Montpensier en la propia Sevilla.

La cofradía de Nuestra Señora de las Angustias desde 1918 se venía procesionando gracias a los esfuerzos de un nutrido grupo de jóvenes estudiantes, hasta que en 1928 aquellos cofrades requirieron públicamente que doña Carmen Giménez se hiciera cargo de la hermandad. Algo insólito en la mayoría de las cofradías de Andalucía de aquella época, dominadas en exclusividad por los hombres. Así lo comentaba el periódico La Opinión en su número del 26 de febrero de 1928:

La Sra. Vizcondesa de Termens ante los ruegos y excitaciones de varios cofrades, accede amablemente, a ser Hermana Mayor de la cofradía de las Angustias y del Santo Cristo de la Expiración. Esta escultura de tamaño natural, que dicha señora ha traído para la capilla de su casa, resulta por la pureza de líneas y expresión suprema de angustia del rostro de la Imagen, una obra del arte religioso de gran mérito...

Así el Cristo de la Expiración saldría por primera vez en la Semana Santa de 1928, dándose la circunstancia de que al no poder hacerlo por la lluvia el Viernes por la noche junto a las Angustias, ambos pasos lo hicieron de forma extraordinaria en la tarde-noche del Sábado Santo. Los hermanos de las Angustias llevaban en aquel tiempo túnica blanca, capa morada, cíngulo de esparto y sandalias; mientras que los cofrades del la Expiración vestían antifaz y túnica negra, capa blanca, cordón trenzado blanco y negro a la cintura, y zapatos de charol con hebilla.


Para procesionar el nuevo misterio del Cristo de la Expiración conocido como El Calvario y formado con el crucificado del valenciano Pio Mollar Franch, las imágenes de S. Juan y la Magdalena del granadino Navas Parejo y una Dolorosa del egabrense Campos Serrano, su fundadora y Hermana Mayor, Carmen Giménez Flores, adquirió en Sevilla un paso tallado en madera sobredorada y policromada, de dos cuerpos con figuración vegetal entre molduras rectilíneas y crestería. Además este trono tendría otro gemelo, el paso de la Virgen de la Angustias, adquiridos ambos al taller sevillano del escultor Antonio Infantes Reina. Los nuevos pasos se portarían con costaleros, como en la mismísima Sevilla, y se estrenaron junto a ricos enseres ese año de 1928, lo que sirvió de acicate pare mejorar a otras muchas cofradías egabrenses. Estos históricos pasos afortunadamente aún se conservan y participan en los desfiles procesionales de Cabra.

Después de su fallecimiento en 1938, sus descendientes se harían cargo de aquellas cofradías durante algunos años más. Desde 1939 a 1941, su sobrino político, Manuel Megías Rueda sería hermano mayor de la cofradía de las Angustias y de la Expiración, como una misma corporación. Y a partir de 1942 hasta 1953, separada ya de la de las Angustias, la cofradía del Cristo de la Expiración estaría presidida por José María Muñiz Gil, casado con Mercedes Von Schmiterlöw Giménez y por entonces vizconde de Termens.