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EL DÍA DEL CARMEN

Desde 1918 a 1935, Carmen Giménez Flores organizó personalmente la Romería del Carmen, también conocida como la “Romería de la Vizcondesa” y que se celebraba precisamente en el día de su onomástica el 16 de julio. En el periódico La Opinión (Cabra) del 17 de julio de 1938, con ocasión de la última Romería del Carmen tras su muerte, se recordaba precisamente que: “la señora Vizcondesa de Termens tuvo la iniciativa de fundar una romería en el Santuario de la montaña (de la Sierra de Cabra). El día 16 de julio de 1918, con gran concurrencia de fieles y mucha animación se celebró la romería primera. Y desde entonces, ya en la fecha del 16 de julio, o en otras fechas más tarde, fue celebrada. En la primera, la fervorosa señora donó a nuestra Madre bendita de la Sierra una alhaja preciosa; consistente en una mariposa de oro salpicada de brillantes, perlas, esmeralda y rubíes. Ayer sus sobrinos, organizaron entre otros actos piadosos, una misa de requiem en la iglesia de la Fundación Termens. Después subieron al Santuario colocando el día mismo de sus fiesta onomástica, una lápida conmemorativa de la fundadora del camarín y gran bienhechora del santo lugar.”
Por otra parte, en Sanlúcar de Barrameda, Carmela Giménez vivía en su casa de la Plaza Cabildo que se comunicaba con la otra de su propiedad de la calle Cristóbal Colón (también llamada Muleros) junto a la Capillita del Carmen, construida a iniciativa de Juan Argüeso en 1886 sobre un altar popular antiguo, y a la que ella acudía asiduamente.
Que la Infantona fue una ferviente devota del Carmen nos lo recuerda no solo su nombre de evocación marinera que le impusiera su padre natural de San Roque (Cádiz), el vivir cerca del mar y junto a la Capillita de Carmen de Sanlúcar, la gran romería egabrense que celebraba todos los años… sino también por otras actuaciones y detalles, como, por ejemplo, la construcción en 1934 en la Iglesia del pueblo cordobés de Zamoranos de un nuevo retablo mayor y un camarín para la patrona de la localidad, la Virgen del Carmen. Para ilustrar lo que supuso esta nueva donación nos remitimos a la crónica del periódico El Popular (Cabra) del 1 de marzo de 1934: "(...) la piadosa generosidad de nuestra querida paisana, que ha quedado grabada para siempre en aquel magnífico retablo de la iglesia y en el suntuoso camarín que ha construido en honor de la patrona María Stma. del Carmen, no sabiendo que admirar más, si la solidez de las obras llevadas a cabo a base de hierro y piedra, o la decoración de las mismas con bronces, cristalería, mármol de Macael y artísticas pinturas, sin olvidar la iluminación que es una verdadera maravilla...”
O simplemente el hecho de que en la cláusula tercera de su testamento ordene: “(…) que a su muerte, su cuerpo sea vestido con el hábito de la Orden del Carmen y sea enterrado en el sarcófago que ha mandado construir en su mausoleo de Cabra ...” al lado de la maravillosa estatua en mármol de la Virgen del Carmen que tallara Benlliure.