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SANLÚCAR … y una tarde de radio



El pasado jueves, 18 de abril tuvimos ocasión de disfrutar de una tarde de radio con los amigos de la Fundación Puerta de América de Sanlúcar de Barrameda.

Acompañados de su presidente Paco Pacheco, visitamos el estudio de ATLÉTICO SANLUQUEÑO RADIO 94.2 FM, una emisora local que semanalmente emite el programa titulado SANLÚCAR, LA PUERTA DE AMÉRICA dedicado a las actividades de la Fundación Puerta de América e informaciones relativas  a la próxima conmemoración de V Centenario de la Primera Vuelta al Mundo.

El programa está dirigido y presentado por el abogado y escritor, Eduardo Domínguez-Lobato Rubio y aquella tarde junto a él intervinieron como invitados en una tertulia amena e interesante, el presidente de la fundación sanluqueña que patrocina el programa, Francisco Pacheco Isla y Salvador Guzmán Moral.



En primer lugar se abordó como tema central del programa, la decisión del Gobierno Central de suprimir la Comisión Nacional para la Conmemoración del V Centenario de la Primera Vuelta al Mundo, y el que la Fundación Puerta de América haya presentado en el Congreso de los Diputados una Iniciativa Legislativa Popular relativa a la celebración en Sanlúcar del V Centenario de la Primera Vuelta al Mundo, ‘Sanlúcar 2019-2022’.

Eduardo Domínguez-Lobato, relató la exposición de motivos de la citada iniciativa, y los argumentos del papel de Sanlúcar como puerto de salida y regreso de la expedición que logró demostrar la redondez de la Tierra. Y cómo durante el trienio conmemorativo 2019-2022 coincidirían el V Centenario de la Primera Vuelta al Mundo Magallanes - Elcano y las Olimpiadas de Madrid 2020. “La importancia universal del quinientos aniversario de la Primera Vuelta al Mundo con la celebración de una Exposición Universal en Sanlúcar de Barrameda y la celebración de los Juegos Olímpicos en Madrid son eventos que deben aprovecharse para lograr una proyección mundial que mejore y facilite el conocimiento a nivel internacional de la sociedad española”, argumentaron los tertulianos.



La iniciativa referida fue presentada en el registro del Congreso de los Diputados por el presidente de la Fundación Puerta de América, Francisco Pacheco y el secretario - patrono de la entidad, Eduardo Domínguez-Lobato.

Esta iniciativa, se une a las numerosas actividades que la Fundación Puerta de América, ha promovido en su poco tiempo de existencia como  el Reloj Solar Legua Cero instalado en Bajo de Guía, ha publicado el libro ‘Sanlúcar, Puerta de América’, y las contribuciones en la restauración de obras del patrimonio artístico local, además de llevar a cabo iniciativas de divulgación de la gesta tanto en diferentes medios de comunicación así como a través de las redes sociales.

Por su parte, Salvador Guzmán, en una segunda parte, intervino en sus diferentes condiciones de conservador- restaurador, escritor e investigador, y domo presidente de la Fundación Aguilar y Eslava  y patrono de la de Puerta de América.


Como restaurador comentó sus actuaciones en la imagen de San Lucas, patrón de Sanlúcar de Barrameda obra de Diego Roldán Serrallonga (S. XVIII) y en la Virgen del Carmen de Bonanza, que actualmente se encuentra en su taller y que espera regrese pronto al barrio marinero sanluqueño "navegando como lo hará hasta Sanlúcar y desde Triana", tal como informaba la prensa sevillana recientemente. Expresaba Guzmán su satisfacción y que este trabajo sea un acicate más en la consecución de la coronación canónica de tan bendita imagen.

En su faceta de  investigador y escritor, Guzmán comentó su presencia en las III Jornadas de Investigación sanluqueñas y del éxito e interés de su libro “La Infantona” en Sanlúcar,  que nos acerca a una parte de nuestra historia, muy desconocida pero muy significativa.

Por último, como presidente de la Fundación Aguilar y Eslava y su papel en la de la Puerta de América, Salvador Guzmán se mostró muy orgulloso y honrado, y comunicó las últimas novedades del Museo Aguilar y Eslava de Cabra, que pasan especialmente por la puesta de largo del Museo de la Pasión. Una instalación museográfica que pretende divulgar los conocimientos actuales y futuros sobre la Sábana Santa y el Sudario de Oviedo, así como dar a conocer los detalles desde la historia, la arqueología y el arte de cómo fue la primera semana santa de la historia.

En definitiva una tarde de radio… plena de contenidos, comentados por tres buenos amigos reunidos alrededor de un micrófono y para satisfacción de los muchos oyentes de Sanlúcar.




"Una suerte de corte artística: los Orleáns en Sanlúcar" en las III Jornadas de investigación sanluqueña



El Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla, junto a la Delegación del Cultura del Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda, celebraron entre el 17 y el 20 de abril de 2013 las III Jornadas de Investigación Sanluqueña, que en esta ocasión se han centrado en la Corte literaria y artística de los Pérez de Guzmán, señores de Sanlúcar, que determinaron los avances artísticos y culturales de la ciudad durante los siglos XIV y XVII, buscando un contrapunto con la otra Corte histórica, también de gran trascendencia para el desarrollo de la ciudad, creada por los Orleans-Borbón en el siglo XIX, que devolvió a la ciudad parte de la posición ocupada antaño.

Los ponentes de esta edición  han sido Manuel Romero Tallafigo, Leticia Arbeteta Mira, Rocío Garrido Neva, José María Hermoso Rivero, Lucía Gómez Fernández,  Laureano Rodríguez Liáñez, Francisco Javier Escobar Borrego, Salvador Guzmán Moral, Mercedes Ramírez Rodríguez, María Dolores Rodríguez Doblas y Manuel Ruiz Carmona, Manuel J. Parodi Álvarez, Laura Vargas Peña, Francisco Pacheco Isla, Antonio Romero Dorado, José María Sánchez Muñoz, y Mª Luisa Millán Salgado. El director y coordinador de las jornadas ha sido Fernando Cruz Isidoro, profesor titular del Departamento de Hª del Arte de la Universidad de Sevilla y Responsable del Centro de Investigación de la Historia de la Arquitectura Andaluza.



En las sesiones del jueves 18, Salvador Guzmán Moral presentó la ponencia: "Una suerte de corte artística: los Orleáns en Sanlúcar"

Durante su intervención analizó la llegada de los Montpensier a Andalucía y la creación en Sevilla de la "Corte chica" en contraposición de la Corte real de Madrid. Y es que aunque instalados definitivamente en la capital hispalense, los Montpensier comenzaron la adquisición de otras propiedades por las provincias de Sevilla y Cádiz, fincas y residencias a modos de sitios ducales destinadas al ocio y el descanso, en correspondencia con las nuevas modas del veraneo en Europa
Antonio de Orleáns, duque de Montpensier, aunque condicionado por su condición de príncipe francés desarrolló en Sanlúcar de Barrameda un proyecto personal: la de crear una suerte de corte estival, de ocio y de retiro al que le infirió un marcado estilo orientalista, romántico y aristocrático, que se conformaría en base a tres monumentales espacios: el palacio Orleáns-Borbón, la finca y hacienda de El Botánico, y el edificio de las caballerizas ducales.


Los duques de Montpensier se preocuparon de enriquecer el interior de estas viviendas, en especial el de su Palacio, reuniendo con el transcurso de los años, muchas de las mejores piezas artísticas, en cuadros, esculturas y mobiliario que albergaban sus principescas mansiones formando una de las más importantes colecciones de arte de Europa. Posteriormente sus descendientes y en especial el infante Antonio de Orleáns, duque de Galliera, se desharían de muchas de sus principales obras,  como “La majas en el balcón” de Goya y “El Laocoonte” de El Greco.


La llegada de los Montpensier atrajo a una corte aristocrática y a muchas distinguidas familias andaluzas, y desde mediados del siglo XIX y en gran medida gracias a la presencia de los Orleáns, Sanlúcar de Barrameda se convirtió en uno de los más importantes destinos de veraneo burgués y aristócrata de España que dieron un nuevo auge a la ciudad, plasmado en la construcción de hoteles y casas suntuosas en las inmediaciones de la playa, dándole un carácter turístico y señorial, tan opulento que Sanlúcar llegaría a ser conocida como “ la San Sebastián del Sur”.

Por esta corte de los Orleáns en Sanlúcar pasaría, como se ha comentado, buena parte de la aristocracia  y de la realeza europea, así como un gran número de artistas, pintores, músicos y escritores que dejarían el recuerdo de esta ciudad en sus obras.

Ilustrada con proyección de imágenes, la mayoría de ellas referidas a pinturas que formaron parte de las colecciones de los Orleáns-Borbón, un auténtico tesoro artístico que a la muerte del duque de Montpensier paso a manos de sus herederos, en especial a su único hijo varón Antonio de Orleáns, duque de Galliera, quien derrocharía la mayor parte de aquella fortuna y dilapidó también su patrimonio artístico.


En sus últimas palabras, Guzmán quizó reconocer el trabajo de todas las personas y entidades que en los últimos tiempos trabajan en la investigación y defensa del patrimonio histórico artístico sanluqueño, desde Fernando Cruz Isidoro, alma mater de estas Jornadas, pasando por los responsables del Archivo Fundación Infantes Duques de Montpensier  de El Botánico, Mª Dolores Rodríguez Doblas y Manuel Ruiz Díaz, hasta la Fundación Puerta de América, que en los últimos años trabaja de modo incansable en pos de una Sanlúcar mejor.

En una reflexión final,  Guzmán insistió  en que se echa en falta en Sanlúcar de Barrameda un gran MUSEO local que recogiera, al menos, parte de todo este testimonio documental y material de su extraordinaria historia.








El comandante Burguete



En una entrada anterior sobre el Diario de Antonio de Orleáns donde relataba los asuntos personales de su mujer que condujeron, según él, a su separación, el infante insistía en las familiaridades que doña Eulalia tenía con los profesores o preceptores de sus hijos. Por eso, decía: ”no duró más de un mes el Comandante de Infantería, llamado Ricardo Burguete…” se lamentaba.

Ricardo Burguete Lara (1871-1937) fue un militar de carrera, que en 1895, siendo teniente, fue recompensado en Cuba con el ascenso a capitán y la Cruz Laureada por su valor en combate. Después en 1896 marchó a Filipinas, donde fue destinado a la provincia de Batán, allí obtuvo la Cruz de María Cristina y la Cruz Roja de primera clase  por acciones de guerra en las que resultó gravemente herido, y obteniendo el grado de comandante. De regresó a la península en mayo de 1897, permaneció en situación de reemplazo como herido en campaña hasta diciembre, que obtuvo destino en el Regimiento del Rey. En octubre de 1898, se le confirió una comisión de servicio para servicios en Europa, fechas en las que se le ofrecería hacerse cargo de la instrucción de los infantes Alfonso y Luis Fernando de Orleáns-Borbón y Borbón.

A este militar se refiere Pilar García Louapre  en su libro “Eulalia de Borbón, Infanta de España -Lo que no dijo en sus memorias” (Ed. Compañía Literaria, 2005) cuando señala que por aquellos días (1898) don Antonio de Orleáns estaba verdaderamente preocupado por la educación de sus hijos y que se debía hacer como correspondía a unos infantes de España. Por este motivo escribió a la reina Cristina para que mandase a  París a un oficial del ejército español que hiciera de preceptor en la formación de sus hijos, preparándoles  para una futura carrera militar: “Era una cosa muy seria” decía don Antonio. Aquel instructor debería cumplir una serie de requerimientos, además de ser buena persona e instruida, debería saber por lo menos francés para poder acompañar a los chicos en los viajes. El sueldo sería de cuarenta duros al mes, comida y alojamiento, y colaboraría con otro profesor que ya se encargaba de la instrucción académica de los infantes.

La reina Cristina respondería al duque de Galliera confirmándole que el entonces comandante Burguete había aceptado ir a París para formar a sus hijos. Así fue como el comandante Burguete  se instalaría en Paris  comenzando una buena amistad con la propia doña Eulalia de Borbón, amistad que no pasaría indiferente y que dio lugar a comentarios, como señala García Louapre: “Hay quien murmura...”, dice en su libro.

Al poco, el comandante Burguete se trasladaría con sus alumnos, los jóvenes infantes a Madrid.  Alfonso a quien todos llaman cariñosamente, Ali, ya tenían once años y Luis Fernando, el pequeño, solo nueve. Aquel viaje también fue motivo de desavenencias. Eulalia quiso acompañarlos, sobre todo cuando su esposo se negó a ir con ellos. Pero doña Eulalia sería cuestionada cuando en noviembre de aquel año (1898) recibió una carta de la reina donde le comentaba:

  “(…) Como eres muy lista comprenderás que tu venida sin Antonio tal vez no fuese de buen efecto, y que a mi juicio a él no le conviene venir tan pronto…”

Resulta evidente que las cosas no marchaban bien en el matrimonio Orleáns-Borbón y en la Corte daban comienzo las sospechas sobre la conducta de Eulalia, puesto que de Antonio ya se sabía que andaba viajando por toda Europa con su “deliciosa Carmela”.