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Cuando un amigo se va...


Cuando un amigo se va, dice la canción, queda un espacio vacío, que nada ni nadie podrá volver a llenar.

Se nos ha ido un amigo… ha muerto Francisco Pacheco Isla.

Sí, yo tampoco me lo creía. Pero pasados unos días, hemos caído en la cuenta de que era cierto y por lo tanto irremediable.

Ha muerto un gran hombre, pero sobre todo, hemos perdido un amigo. Un amigo de todos, porque si algo ha caracterizado a Paco Pacheco en los últimos tiempos desde que pasó a la reserva como militar y pudo disfrutar, a tiempo completo, de su Sanlúcar natal, fue su dedicación sólo y en exclusiva a su pueblo, a sus vecinos y a todos los que allí llegábamos, convirtiéndonos en sus amigos y haciéndonos cómplices de un sueño.

Porque Paco Pacheco tenía un gran sueño, cambiar su ciudad imaginaría de tópicos y miserias, por una ciudad imaginada de futuro y de leyenda. Y para ello pertrechó un barco, la Fundación Puerta de América, a la que le marcó un rumbo en dirección a una estrella, la conmemoración del V centenario de la primera vuelta al mundo. Contribuir, en la medida de lo posible a esta extraordinaria efeméride entre 2019 y 2022, y que Sanlúcar de Barrameda fuera protagonista de un proyecto de ciudad universal, que a partir de las actuaciones que sirvieran de celebración de su pasado histórico, a la vez, constituyeran un legado para su futuro, creando progreso, riqueza y prosperidad.

Y en eso andaba embarcado, hasta que la muerte le asaltó de forma traicionera, robándole la vida…

Se nos ha ido el amigo, pero nos quedan muchas cosas de Francisco Pacheco, nos quedan su lecciones de historia, de vitalidad y de fuerza; su saludo recio, su simpatía y, paradójicamente, sus ganas de vivir.

Ahora la papeleta la tienen en la Sanlúcar del Cielo, donde san Pedro tendrá que bregar con el Pacheco por toda la eternidad.

Aunque han pasado pocos días desde que se nos fue, seguro que ya anda hablándoles a los ángeles, arcángeles y serafines de las bondades de Sanlúcar, de sus atardeceres, del río, de Bonanza, de los caballos por la playa, de expediciones y flotas…

Y al encontrarse allí con otros que antes se fueron, seguro que a estas alturas ya tiene previsto convidar a manzanilla a todos los santos de la Gloria y brindar por nosotros, para que sepan en el Cielo como se vive en Sanlúcar de Barrameda, como la vivía, Paco Pacheco.