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"Cabra en el Recuerdo" visita el Mausoleo de la Vizcondesa de Termens



El pasado día 3 de septiembre de 2016, los amigos de "Cabra en el Recuerdo" convocados al efecto por Rafael Luna Leiva, visitaron la Fundación Termens.


Unos llegaban con el objetivo de conocer en detalle la historia de su Mausoleo, pero la mayor parte lo hacían con la ilusión de reencontrarse con sus recuerdos y su propia memoria personal. 


Cerca de 150 personas acudieron a la cita que, en un primer momento, fueron atendidos en el salón de Actos del Colegio de Termens, por Rafael Luna, Sor Pilar y Salvador Guzmán que les dieron la bienvenida.



Después de las palabras de presentación de Rafael Luna Leiva, coordinador y responsable del proyecto "Cabra en el Recuerdo", Salvador Guzmán hizo una breve introducción a la vida y obra de Carmen Giménez Flores, Vizcondesa de Termens. Para ello y a modo de ilustración proyectó un video-documental sobre su conocido libro "La Infantona" (Ed. Áltera, 2010).


Carmela Giménez Flores (1867-1938), mujer humilde pero de indiscutible belleza, cautivaría al desdichado infante Antonio de Orleans, desposado por razones de estado con su augusta prima la infanta Eulalia de Borbón, hermana del mismo rey de España.

De Carmen Giménez, conocida en Cabra como la Sanroqueña y fuera de aquí, como la Infantona, se podrán decir o escribir opiniones diferentes, muchas murmuraciones, desvelar secretos, muchas cosas... pero sin ninguna duda, lo se puede afirmar con rotundidad es que fue una mujer singular, dueña de si misma, de sus decisiones, de sus emociones. Algo poco corriente para una mujer de finales del siglo XIX.


Con la ayuda también de fotografías proyectadas, comentaría el interés y el extraordinario valor del legado patrimonial de La Vizcondesa de Termens, especialmente de su Mausoleo y Fundación. 



A continuación, en la Capilla de la Fundación Termens, Rafael Luna y Salvador Guzmán volvieron a dirigirse a los amigos y visitantes de "Cabra en el Recuerdo", en este caso para realizar las precisiones histórico-artísiticas oportunas sobre el monumento funerario. 

El proyecto de la Fundación Escolar Termens data de 1930 y quiso su fundadora la vizcondesa de Termens, Carmen Giménez Flores (1867-1938) que fuera en beneficio de los más humildes, para ello costeó un colegio para niños y niñas y destinó la renta futura de un capital fundacional. Se inauguró el 16 de julio de 1934 y desde entonces siempre ha estado a cargo de la congregación de Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl.


En su capilla se pueden admirar las partes escultóricas del magnífico mausoleo que la vizcondesa de Termens hizo construir, en el cementerio de San José de la ciudad de Cabra, al más famoso escultor de su época: Mariano Benlliure y Gil. Constaba el monumento original de una parte arquitectónica, que en realidad era la capilla y los enterramientos, y otra escultórica formada por el conjunto marmóreo de los sepulcros, relieves y decoraciones. 

En 1931 lo elementos escultóricos del panteón fueron desmontados y trasladados al oratorio del grupo escolar de la Fundación Termens. Desde entonces allí se pueden ver, casi como recién salidos de la mano del escultor, los sepulcros en mármol que tallara Benlliure. El grupo escultórico principal está realizado en mármol de Carrara y representa las estatuas yacentes de la vizcondesa de Termens y sus padres, José Giménez y María de la Sierra Flores, presididos por una estatua femenina que envuelta en sedas derrama flores. En las paredes de esta capilla sepulcral se disponen además los relieves en bronce de las obras de Misericordia originales de Benlliure, que en su día fueron el friso del panteón original, así como dos puertas del mismo metal, con ángeles en bajorrelieve del primigenio monumento. A un lado del enterramiento adosado a la pared, se instala el altar de la bellísima Virgen del Carmen en mármol blanco. Una obra que demuestra, por si sola, la genialidad, virtuosismo y maestría del mejor Benlliure. 


Según Guzmán, lo que más llama la atención de esta espléndida capilla sepulcral de Termens, es pensar que la mayor parte de piezas escultóricas que allí se pueden ver, un día estuvieron formando parte del monumento sepulcral instalado originalmente en el Cementerio de Cabra. Y que posteriormente fueron cuidadosamente desmontadas y trasladadas allí, de forma que a ojos del profano, parecieran que siempre estuvieron allí y son obra de la misma mano.

De los veintiún monumentos sepulcrales realizados por Benlliure a lo largo de su vida, cronológicamente el de la Vizcondesa de Termens es el número diez, pero en cuanto calidad y sobre todo, estado de conservación, sin duda, es uno de los primeros.


De esta forma muchos egabrenses, la mayoría que no viven en la actualidad en Cabra han podido con esta iniciativa reencontrarse con sus recuerdos, con su propia historia personal, pues muchos de ellos fueron estudiantes de su colegio. Y por otra parte han sabido del creciente interés que la vida y obra de Carmen Giménez está cobrando en los últimos tiempos y por lo que esta Fundación y Mausoleo de Termens necesitan ser reconocidos como Bien de Interés Cultural.