El gran proyecto de Carmen Giménez, vizcondesa de Termens y por el que más se le se le seguirá recordando, es sin duda la creación del centro escolar que lleva su nombre.
Mientras que la enseñanza
secundaria tuvo en Cabra unas condiciones excepcionales para su desarrollo al
contar con medios poco comunes para poblaciones que no fuesen capitales de
provincia como fueron el Instituto de Segunda Enseñanza “Aguilar y Eslava” y su
Real Colegio de la
Purísima Concepción. La enseñanza primaria, por el contrario,
se encontraba con unas instalaciones pésimas y lamentablemente dotadas. La
enseñanza primaria de carácter público se impartía en casas alquiladas por el
ayuntamiento, que carecían de las mínimas condiciones para el ejercicio de la
docencia y en las que literalmente se amontonaban los niños que acudían.[1]
La educación egabrense
notablemente deteriorada durante el primer cuarto del siglo XX, tenía en el Colegio del Niño Jesús ubicado en
el antiguo hospital de beneficencia del desaparecido convento de Santo Domingo,
un refugio que procuraba una educación infantil, prácticamente desasistida del apoyo estatal.
En sus dependencias que ocupaban parte de la planta baja del edificio que fue
hospital, se reunían cerca de doscientos niños y niñas que recibían las
primeras enseñanzas de manos de un puñado de religiosas sin apenas medios, pero
que contaban, al menos, con el elogio de
las autoridades. Así en junio de 1907,
la junta local de 1ª enseñanza asiste a
los exámenes verificados en la escuela de párvulos bajo la dirección de la Hijas de San Vicente de
Paúl, y hace consignar en el acta que levantan:
(...) su asombro ante los
portentosos frutos cosechados para la enseñanza popular por las religiosas
encargadas de la instrucción y educación de tan tiernos alumnos, y muy
singularmente por la
Directora Sor Antonia Illa, cuya ilustración y celo
incomparables son dignos de los mayores elogios, y legítimo orgullo y ornato de
la Sta. Institución
a la que pertenece.[2]
El
proyecto de grupo escolar donación de la vizcondesa de Termens data de 1930.
Esta nueva y gran empresa estaría dirigida, como tantas otras, por el
arquitecto Enrique Daverio y consistiría en la construcción de un edifico
principal y otros secundarios como dependencias de un centro educativo, situados
en una espléndida huerta que a tal efecto adquirió Carmen Giménez. De igual
forma se construiría una capilla donde se instalaría
el mausoleo con todos sus elementos escultóricos y decorativos, y parte de la
verja que la rodeaba en el cementerio, así como otras obras artísticas
encargadas al efecto.
El periódico local El
Popular publicaba el 3 de diciembre de 1930, un artículo sobre el comienzo
de las obras en la
Fundación Escolar Termens y en él que se relatan las razones
que llevaron a doña Carmen Giménez a emprender tan encomiable empresa:
(...) Pero un día, una distinguida dama egabrense
visitaba, en una de sus constantes muestra de caridad y amor al desvalido,
nuestro hospital de beneficencia particular, y como tantas otras veces prodigó
el consuelo a los desgraciados, entregándole al mismo tiempo donativos y
obsequios. Había recorrido sus dependencias. Había visto su marcha y sus
necesidades. Había visto sus escuelas. donde la caridad de las madres, llevaba
la enseñanza a multitud de niños. Y había oído también de labios de aquellas
monjitas que con todo amor se consagraban al cuidado del niño, frases amargas,
tristeza dolorosa, de las amenazas que se cernían sobre aquella misión
cultural.
La
autoridad era la amenaza. Corrían rumores de que la autoridad, esa autoridad
que tiene unas escuelas junto a una cárcel, y que permite la enseñanza en un
tercer piso de un edificio ruinoso, cerraría el edificio -¡oh magnífica
paradoja!- por no reunir condiciones. Y así era en efecto, si pensaban en el
ejemplo de Aguilar y Eslava donde nuestras autoridades nunca jamás se miraron.
Y
la dama que consoló a los enfermos en su dolor, consoló a las monjitas en su
tristeza.
Tendréis
unas escuelas modelo, fue la frase rotunda y prometedora que en aquella
entrevista pronunció la ilustre visitante Vizcondesa de Termens.
...
Y la palabra de la
Vizcondesa se cumplió. El lunes pasado, artistas egabrense
comenzaron la tarea de levantar la obra que será gigantesca más que por la
materia por el espíritu que la anima.
Sobre
un huerto, adquirido expresamente para este objeto la gracia florentina de un
arquitecto ilustre, D. Enrique Daverio, ha trazado los planos de esta fundación
admirable. De dos pisos constará el edificio. En planta baja se construirán
pedagógicamente las aulas, y al decir pedagógicamente huelga decir que estarán
dotadas de lo que se preceptúa en cuanto a ventilación y mobiliario por la
pedagogía moderna. En la misma planta los lavabos y servicios sanitarios; la
dirección, dependencias auxiliares y la capilla y panteón de la fundadora,
donde más predomina el sabor al estilo florentino. Y en la planta alta las
dependencias particulares de las Monjas.
Y
junto a ello, en jardines y en parques de recreo para niños y niñas, la canción
del agua que rimará con la canción de gratitud de los que, por impulso generoso
de la dama ilustre, recibirán el sagrado pan del saber.
El
lunes, dijimos, se dio el primer picotazo. En el nuevo y pintoresco barrio de la Electra se alzará el
edifico bajo al dirección del maestro egabrense don Rafael Luque, que ha salido
triunfante en el concurso de adjudicación de la contrata, donde concurrieron
casas importantes de Madrid. Y su amor al pueblo. Y su amor de artista lo
pondrá al servicio de esta obra grande para dar cabal interpretación a los
planos magníficos.
Piedra
sobre piedra la obra se levanta por el desprendimiento de la Vizcondesa de Termens
que enciende la divina luz de la alegría en los corazones consagrados a la
enseñanza. [3]
El presupuesto inicial para la
construcción de este edifico “escolástico”,
como se le denomina en el documento firmado el 1 de octubre de 1930, ascendería
a la cantidad de 131.000 pesetas. En el “Resumen” de este proyecto
encontramos 72 partidas pormenorizadas, que van desde el “Movimientos de tierras en explanación”
a una última dedicada a
“trabajos auxiliares para ayuda de instalación luz eléctrica, timbres,
cristales, emplomados, esculturas y imprevistos aprox. 3%:”
El colegio de la Fundación Termens ,
no se realizó remodelando y adaptando el que fuera chalet de Carmen Giménez,
tal como generalmente se tiene entendido, sino que fue adquirida expresamente
para ello una huerta en el paraje denominado de Santo Domingo, propiedad de
doña Dolores Heredia de la Canal ,
por la cantidad de 3.430 pesetas. [4]
En el “Contrato y Pliego de condiciones que regirán para la construcción y
ejecución de las obras correspondientes a la edificación de un Grupo Escolar ,
donación de la Excma. Sra.
Vizcondesa de Termens, situado en Cabra (Córdoba) ” [5], se
dice :
Este contrato tiene por
objeto la construcción de todo coste, o como suele decirse -llaves en mano- de
un grupo escolar, que constará de un pabellón central a uso de vivienda, de dos
cuerpos laterales a uso escuelas y de un grupo posterior a uso de capilla y
panteón.
Quedan
excluidas del compromiso:
Todo
trabajo de transporte del actual mausoleo que tiene la Sra. Vizcondesa en
el cementerio de Cabra y colocarlo en el nuevo panteón, sean mármoles, bronces,
estatuas, verjas, etc. etc.
En el mismo documento se
determinaba el plazo de comienzo y terminación de la obra, así como su precio
final:
Las
obras se comenzaran antes de 15 días de firmadas esta condiciones de contrato,
y se terminarán (salvo caso de fuerza mayor) en el plazo de siete meses,
calculándose seis meses para la ejecución de todas las obras y un mes para el
acoplamiento de materiales, replanteo, desviación de la acequia, preparación de
trabajos, etc.
...Se entienden por terminadas las obras
cuando estén completamente acabadas en condiciones de poderse habitar la
vivienda y utilizar las clase y capilla, ya que la terminación del panteón
obedece a ulterior trabajos de adaptación del otro panteón existente al
cementerio, que forma objeto a parte del presente compromiso.
...Todas las obras y suministro
anteriormente descritas y que forman objeto del presente contrato y pliego de
condiciones sin excluir ninguna salvo las que taxativamente fueron
especificadas, se obliga el contratista a ejecutarlas totalmente por el precio
alzado y único de -- 136.000 Pesetas --- Pesetas Ciento treinta y seis mil ---
Posteriormente, en el mismo
contrato en su capítulo de modificaciones se amplia el plazo de ejecución de
todas las obras a nueve meses. El
contrato quedaría firmado el 26 de noviembre de 1930, por las siguientes
partes: como propietaria, doña Carmen Giménez Flores, Vizcondesa de Termens;
como arquitecto, don Enrique Daverio; y como contratista constructor, don
Rafael Luque Gómez. Como testigo rubrica el acuerdo Manuel Megías, sobrino
político de la propietaria.
También de los Talleres de Arte
de J. Navas Parejo de Granada procede el
escudo en piedra y la lápida que se
instaló en la capilla junto al mausoleo que refiere el objeto y destino de
la fundación:
El ambiente anticlerical que
trajo consigo la República
no era el más propicio para el desarrollo de cierta manifestaciones caritativas
y cristianas, y la
Fundación Termens era una institución religiosa. En
principio, estaba prevista su inauguración para 1931 pero a los retrasos
inevitables en la terminación de las obras, se le unirían las incertidumbres
derivadas de la política del país y de la ciudad de Cabra. En una situación
inestable en el gobierno municipal, los enfrentamientos por cuestiones religiosas
fueron repetidos en la sesiones del ayuntamiento de Cabra; y sus acuerdos
encaminados a laicización de la vida local fueron firmemente contestados por la
prensa y las asociaciones religiosas. Así ocurrió con los decretos de retirada
de los crucifijos de las escuelas o la secularización del cementerio municipal.
[6]
Con el triunfo de la derecha en
la elecciones generales de noviembre de
1933, mejorarían algo las relaciones del Estado con la Iglesia. Y así, después
de superar una gran cantidad de trabas administrativas, en 1934 la Fundación Escolar
Termens estaba ultimada.
El periódico La Opinión informó
así sobre la bendición de estos nuevos grupos escolares, que se inaugurarían el
16 de julio de 1934:
Ayer lunes 16, a las 8 de la mañana , se llevó
a efecto con gran solemnidad, la bendición de los Grupos Escolares que, para niños pobres, ha fundado en esta ciudad la Excma. Sra. Dª Carmen
Jiménez Flores, Vizcondesa de Termens. Aludida ceremonia y la primera Misa,
estuvo a cargo del Rvdo. Padre Adolfo Tovar, Visitador de los PP: Paúles y de
las HH: de la Caridad.
Para festejar el acto de la bendición, los
antiguos alumnos de las Escuelas del Niño Jesús, hoy escolares de la Fundación Termens ,
interpretaron en el patio de las escuelas el siguiente programa:
1º, -Felicitación-; 2º, -Discurso de Gratitud-
por la niña Carmen Moñiz; 3º, -Bazar de Muñecas-, juguete cómico en un acto;
4º, -San Vicente de Paúl- zarzuela en un acto y tres cuadros; 5º,
-Cinematógrafo Feminista-, revista cómica de tipos, en un acto; y 6º, -El
Príncipe a la Fuerza-,
sainete en un acto.
Por la maravillosa interpretación de todos los
números, los pequeños artista escucharon numerosos aplausos. A todos los actos,
así como al banquete ofrecido por la altruista fundadora, asistieron numerosos
y distinguidos invitados.
Nuestros
aplausos entusiastas a la
Sra. Vizcondesa de Termens, y nuestra enhorabuena al pueblo
obrero, ya que en beneficio de los niños pobres ha sido levantado en Cabra tan
meritoria como necesaria Fundación Escolar Termens. [7]
Y es que quiso su fundadora,
efectivamente, que este colegio fuera en beneficio de los más humildes y para
ello costeó no solo la obra y su dotación, sino que además destinó una renta en
vida de 4.500 pesetas anuales y la renta
futura de un capital fundacional. Con fecha 11 de junio de 1935, ante el
notario Manuel Sánchez González de Cabra se constituyó a perpetuidad una obra
pía docente, con la denominación “Fundación Escolar Termens” y para la
cual se entregaban en la “Dirección General de la Deuda y Clases pasivas”:
153.300 pesetas en títulos de la “Deuda perpetua interior al 4 por 100”.
Por otra parte, era su deseo que su nueva escuela estuviera regida por
las Hijas de la Caridad ,
lo que la llevó a establecer un contrato, “conforme al cual las Hijas de la
caridad se establecen en Cabra (Córdoba) para encargarse de unas Escuelas
gratuitas” , dicho acuerdo fue “celebrado y firmado por, una parte por la Excma. Sra. Vizcondesa
de Termens, Fundadora, y de la otra por el Sr. D. Adolfo Tobar, Director de las
Hijas de la Caridad
y Sor Justa Domínguez, Visitadora de las mismas”. [8]
Sin duda, la presencia del padre
Adolfo Tobar Mayoral [9],
Superior de los Padres Paúles y Director General de las Hijas de la Caridad en España, y de
Sor Justa Domínguez [10],
Superiora de las Hijas de la
Caridad españolas es importantísima para comprender el
alcance y compromiso entre esta ejemplar congregación religiosa y la vizcondesa de Termens.
En el referido convenio firmado, a las cláusulas referentes a la
organización del establecimiento, empleos y dotación de las monjas, etcétera,
Carmen Giménez añade otras en las que especifica:
La que
suscribe, propietaria de las Escuelas, Casa e Iglesia que acaba de construir en
Cabra, hace donación de este edificio a perpetuidad, con toda la finca o
huerta, en que está enclavado a la Reverenda Madre Visitadora de las Hijas de la Caridad Españolas ,
del Noviciado de la calle Jesús, 3, de Madrid: disponiendo que estas escuelas han
de ser siempre dirigidas por las Hijas de la Caridad Españolas ,
con la única intervención del Consejo Provincial de dichas Hijas de la Caridad. Si en el
transcurso de los tiempos, por cualquier causa que fuese, no pudieran estas
Hijas de la Caridad ,
seguir regentando las Escuelas, o permanecer en ellas, pasará a la propiedad de
la Mitra del
Obispado de Córdoba, pero con la condición estricta, de ser devuelto este
edificio a las Hijas de la
Caridad , tan pronto como cesen los obstáculos que estas
tuvieron para abandonarlo y habitar en él.
A continuación con la denominación de “CARGAS”,
señala que la fundación constará de “cuatro Hermanas, por lo menos, y dos de
ellas con el título de maestras” y que doña Carmen podrá vivir en la Fundación Termens
“con una sobrina y una criada, en las habitaciones que he construido para
este fin” y con el deseo, de que si
enfermara, “sean las Hermanas de la Caridad las que estarán a mi lado para cuidarme”.
Por último, expresa que cuiden de su mausoleo trasladado a la iglesia de la
fundación, en donde reitera: “será enterrado mi cadáver, para lo cual cuento
ya con la autorización de Roma y del Excelentísimo señor Obispo de Córdoba”.
De igual modo, deja escrito en el
contrato, su deseo de que los restos de sus padres y hermanos que descansan en
la sepultura familiar del Cementerio de Cabra, también sean trasladados al
mismo mausoleo de Termens y con cargo a su testamentaria. Finalmente, en
referencia a este pretensión dice: “Yo haré cuanto pueda por trasladarlos,
si Dios me da vida.”
A partir de 1934, la Fundación Escolar
Termens iniciará su actividad docente continuando la labor anterior
desarrollada en el antiguo Colegio del hospital, y con la satisfacción de las hermanas de la Caridad de entonces: Sor
Emerita Goñi, Sor Felisa Calvo, Sor Sabina Prada y la superiora, Sor Peregrina
Olmos, vieron cumplida la promesa de la vizcondesa de que tendrían una “escuela
modelo” moderna y perfectamente dotada.
En 1940, el Ministerio de Educación
aprueba su clasificación como benéfico-docente, y señala que:
(...) a tenor de la escritura constitutiva, el objeto de la aludida
Institución es proporcionar enseñanza primaria gratuita a cincuenta niños y
cincuenta niñas de la ciudad de Cabra, de cuatro a doce años de edad;
debiéndose hallarse la citada escuela regida por cuatro Hijas de la Caridad de San Vicente de
Paúl, españolas, de las cuales dos han de poseer el título de Maestras. [11]
Asimismo, el Ministerio en conformidad con la asesoría jurídica, además
de su clasificación de interés social, resuelve que los títulos bancarios del
capital fundacional inscritos a nombre de doña Carmen Giménez “se conviertan
o se transformen en otra inscripción de la misma clase a favor de la
Fundación Escolar Termens, de que queda hecho mérito”.
Y también que el patronato de la fundación tenga como único miembro a la “Reverenda
Madre Visitadora de las Hijas de la Caridad de San Vicente de
Paúl españolas/... quedando exceptuadas de la obligación de formar inventarios
y presupuestos y de rendir cuentas al Protectorado”.
Por último, la citada orden ministerial, señala:
“Que se den las gracias a la
excelentísima señora Vizcondesa de Termens por su generoso desprendimiento y
que se le signifique, además, el agrado con que este Ministerio ha visto su
patriótico y noble proceder en beneficio de la cultura pública”
Poco después, en mayo de 1942, en el
acta de una habitual visita realizada a la Fundación Termens ,
la entonces inspectora de educación de 1ª Enseñanza, Josefa Moyano escribe con
emoción:
Si la
educación en el concepto católico, ha de ser formación integral del individuo y
hacer del niño el hombre perfecto, teniendo por modelo a Jesucristo,
necesariamente hay que afirmar que las Hermanas de la Caridad que dirigen estas
escuelas de la “Fundación Termens” realizan una obra educativa completa.[12]
En
sus más de ochenta años de historia la Fundación Termens
ha vivido dos etapas bien diferenciada. Un primer periodo que va desde su
apertura en 1934 hasta 1971, dedicada a la educación Primaria, y por la que
pasaron varios miles de estudiantes que luego continuarían la educación
secundaria. Y una segunda etapa, que arranca en 1972 y llega hasta hoy,
comprometida admirablemente con la educación Especial y la atención al alumnado con necesidades educativas especiales. [13]
De aquellas veces que la vizcondesa
visitó su Colegio de Termens, algunas personas recuerdan todavía su misteriosa
presencia, siempre vestida de oscuro, y sus modos distinguidos al ocupar el regio
sillón en el que se sentaba cuando presidía algún acto, reunión o recital. Como
también otros recordamos, como al final de la mañana y de la tarde, un alumno o
una alumna recorría los patios del colegio haciendo sonar la alegre campanilla
que marcaba el final de las clases. Sonidos de la memoria, nostalgia y recuerdos.
[1] CALVO POYATO, J.
y CASAS SÁNCHEZ, J.L.: “Cabra en el siglo XX”. Cabra, 1993. Pág. 255.
[2]
Libro de visitas de inspección del Colegio del Niño Jesús y de la Fundación Termens
(1906-1961) (A.P.A.)
[3] El Popular
(Cabra) 3 /12/1930.
[4] Hoja declaratoria
/modelo. nº VIII-I/ Dirección General de propiedades y contribución
territorial. (9 abril 1932). (A.V.T.)
[5] Contrato y Pliego
de condiciones que regirán para la construcción y ejecución de las obras
correspondientes a la edificación de un Grupo Escolar , donación de la Excma. Sra. Vizcondesa
de Termens, situado en Cabra (Córdoba). (26 noviembre 1930) (A.V.T.)
[6] CALVO POYATO, J.
y CASAS SÁNCHEZ, J.L.: Op. cit. Pág. 170.
[7] La Opinión (Cabra) 17 /
07/1934.
[8] Contrato suscrito
entre la Vizcondesa
de Termens y las Hijas de la
Caridad para atender la educación de la Fundación Termes
(16/ 07/1934) (A.P.A.)
[9] Adolfo Tobar
Mayoral (1878-1949), nacido en Burgos, ingreso muy joven en la Congregación de la Misión. Amplió
estudios en Roma, doctorándose en Teología
y Derecho Canónico. De regreso a
España desempeño los cargos de profesor de Filosofía, Teología, y Derecho Canónico
en el seminario de San Pedro en Cuenca, donde también fue rector. En 1930, fue
nombrado Visitador de los Padres Paúles y Director General de las Hijas de la Caridad en España. Ejerció
estos cargos hasta su muerte y durante sus veinte años de gestión elevó a 9.000
el número de religiosas de las Hijas de la Caridad en 728 centros y casas de la comunidad.
Después de la Guerra
Civil fundó la Escuela Laboral de los Padres Paúles de Madrid y
su último acto importante fue presidir
en Valencia la Gran Misión
de 1949.
[10] Sor Justa Domínguez de Vidaurreta e Idoy ( 1875-1958)
natural de Azpeitia (Guipúzcoa). En 1895 decide ingresar en la compañía de las
Hijas de la
Caridad. Terminado el tiempo del seminario en Madrid fue
destinada a la Casa
Provincial. En 1921 fue nombrada Vicedirectora del Seminario
y a finales de 1922 Directora y principal responsable de la formación. En el
año 1932, fue nombrada Visitadora o Superiora provincial de España que en
aquella época era la provincia más numerosa del mundo. Entre 1932 y 1936 logró
visitar gran parte de las comunidades en momentos de persecución y parte de su
gestión se centró en promover la colaboración entre las asociaciones de Hijos e
Hijas de María y Damas de la
Caridad con la Acción Católica en favor de los pobres. En julio
de 1936 sufrió el asalto de la casa provincial en Madrid, la disolución y
dispersión de 400 comunidades y la aniquilación de gran parte de las Obras de
caridad atendidas por las Hijas de la Caridad. Desde julio de1936 a septiembre de 1937
estuvo encarcelada. Terminada la Guerra Civil , levantaría la Casa provincial en
Madrid en una nueva sede. Entre 1948 a
1958 realizó numerosos viajes apostólicos y misioneros por todo mundo (India,
Cuba, Filipinas). Durante los años de su mandato como Visitadora provincial,
desde1932 hasta su muerte, el número de religiosas de la Caridad pasó de 6.500 a
11.500 y las Comunidades aumentaron de 600 a 867. En 1991 se inició el proceso
para su canonización.
[11] Orden de 18 de
mayo de 1940 por la que se clasifica como benéfico-docente la Fundación instituida en
Cabra (Córdoba) por la
Vizcondesa de Termens, denominada “Fundación Escolar
Termens”. Boletín Oficial del Estado (B.O.E.), 25 de mayo de 1940. Págs.
2564-2566.
[12]
Libro de visitas de inspección del Colegio del Niño Jesús y de la Fundación Termens
(1906-1961) (A.P.A.)
[13] Actualmente la Fundación Escolar Termens es un centro educativo privado concertado que ofrece 7 aulas
de Educación Básica Especial donde se atiende a alumnado autista,
pluridiscapacitados y discapacitados psíquicos. También ofrecen 2 unidades de
Formación a la Transición
a la vida adulta y Laboral. El número total de alumnos que atiende la Fundación Escolar
Termens –Colegio de Educación Especial Niño Jesús, oscila entre 65 y 70 alumnos
por curso. Y su procedencia abarca toda la comarca del sur de Córdoba y también
de otras provincias.