El Departamento de Historia del Arte de la Universidad de
Sevilla, junto a la Delegación del Cultura del Ayuntamiento de Sanlúcar de
Barrameda, celebraron entre el 17 y el 20 de abril de 2013 las III Jornadas de
Investigación Sanluqueña, que en esta ocasión se han centrado en la Corte
literaria y artística de los Pérez de Guzmán, señores de Sanlúcar, que
determinaron los avances artísticos y culturales de la ciudad durante los
siglos XIV y XVII, buscando un contrapunto con la otra Corte histórica, también
de gran trascendencia para el desarrollo de la ciudad, creada por los
Orleans-Borbón en el siglo XIX, que devolvió a la ciudad parte de la posición
ocupada antaño.
Los ponentes de esta edición han sido Manuel Romero
Tallafigo, Leticia Arbeteta Mira, Rocío Garrido Neva, José María Hermoso
Rivero, Lucía Gómez Fernández, Laureano Rodríguez Liáñez, Francisco
Javier Escobar Borrego, Salvador Guzmán Moral, Mercedes Ramírez Rodríguez,
María Dolores Rodríguez Doblas y Manuel Ruiz Carmona, Manuel J. Parodi Álvarez,
Laura Vargas Peña, Francisco Pacheco Isla, Antonio Romero Dorado, José María
Sánchez Muñoz, y Mª Luisa Millán Salgado. El director y coordinador de las
jornadas ha sido Fernando Cruz Isidoro, profesor titular del Departamento de Hª
del Arte de la Universidad de Sevilla y Responsable del Centro de Investigación
de la Historia de la Arquitectura Andaluza.
En las sesiones del jueves 18, Salvador Guzmán Moral
presentó la ponencia: "Una suerte de corte artística: los Orleáns en
Sanlúcar"
Durante su intervención analizó la llegada de los
Montpensier a Andalucía y la creación en Sevilla de la "Corte chica"
en contraposición de la Corte real de Madrid. Y es que aunque instalados
definitivamente en la capital hispalense, los Montpensier comenzaron la
adquisición de otras propiedades por las provincias de Sevilla y Cádiz, fincas
y residencias a modos de sitios ducales destinadas al ocio y el descanso, en
correspondencia con las nuevas modas del veraneo en Europa
Antonio de Orleáns, duque de Montpensier, aunque
condicionado por su condición de príncipe francés desarrolló en Sanlúcar
de Barrameda un proyecto personal: la de crear una suerte de corte estival, de
ocio y de retiro al que le infirió un marcado estilo orientalista, romántico y
aristocrático, que se conformaría en base a tres monumentales espacios: el
palacio Orleáns-Borbón, la finca y hacienda de El Botánico, y el edificio de
las caballerizas ducales.
Los duques de Montpensier se preocuparon de enriquecer el interior de estas viviendas, en especial el de su Palacio, reuniendo con el
transcurso de los años, muchas de las mejores piezas artísticas, en cuadros,
esculturas y mobiliario que albergaban sus principescas mansiones formando una
de las más importantes colecciones de arte de Europa. Posteriormente sus
descendientes y en especial el infante Antonio de Orleáns, duque de Galliera, se desharían de
muchas de sus principales obras, como “La
majas en el balcón” de Goya y “El Laocoonte” de El Greco.
La llegada de los Montpensier atrajo a una corte
aristocrática y a muchas distinguidas familias andaluzas, y desde mediados del
siglo XIX y en gran medida gracias a la presencia de los Orleáns, Sanlúcar de
Barrameda se convirtió en uno de los más importantes destinos de veraneo burgués
y aristócrata de España que dieron un nuevo auge a la ciudad, plasmado en la
construcción de hoteles y casas suntuosas en las inmediaciones de la playa,
dándole un carácter turístico y señorial, tan opulento que Sanlúcar llegaría a
ser conocida como “ la San Sebastián del Sur”.
Por esta corte de los Orleáns en Sanlúcar pasaría, como se
ha comentado, buena parte de la aristocracia
y de la realeza europea, así como un gran número de artistas, pintores,
músicos y escritores que dejarían el recuerdo de esta ciudad en sus obras.
Ilustrada con proyección de imágenes, la mayoría de ellas referidas
a pinturas que formaron parte de las colecciones de los Orleáns-Borbón, un
auténtico tesoro artístico que a la muerte del duque de Montpensier paso a
manos de sus herederos, en especial a su único hijo varón Antonio de Orleáns,
duque de Galliera, quien derrocharía la mayor parte de aquella fortuna y
dilapidó también su patrimonio artístico.
En sus últimas palabras, Guzmán quizó reconocer el trabajo de
todas las personas y entidades que en los últimos tiempos trabajan en la
investigación y defensa del patrimonio histórico artístico sanluqueño, desde
Fernando Cruz Isidoro, alma mater de estas Jornadas, pasando por los responsables
del Archivo Fundación Infantes Duques de Montpensier de El Botánico, Mª Dolores Rodríguez Doblas y
Manuel Ruiz Díaz, hasta la Fundación Puerta de América, que en los últimos años trabaja
de modo incansable en pos de una Sanlúcar mejor.
En una reflexión final, Guzmán insistió en que se echa en falta en Sanlúcar de
Barrameda un gran MUSEO local que recogiera, al menos, parte de todo este
testimonio documental y material de su extraordinaria historia.