Carmela Giménez Flores, vizcondesa de Termens (1868-1938), conocida popularmente como La Infantona, residió en Sanlúcar de forma intermitente
de 1895 a 1925. Sus primeros años viviría en su casa de la Plaza Cabildo que se
comunicaba con otra de su propiedad junto a la Capillita del Carmen a la que acudía asiduamente y que se
encontraba en la calle Cristóbal Colón.
Foto: A. Barba
Desde el siglo XVIII la denominación de esta calle (Catastro
de Ensenada) fue Muleros o de los Muleros. En 1883, se adoquinó y en 1892 se
rotuló como calle Cristóbal Colón. Y en 1984, el Ayuntamiento le daría el
nombre actual de calle Capillita, al segundo tramo que va desde la calle Ancha
hasta la Plaza de los Cisnes.
La Capillita del Carmen fue edificada en el año 1886 por Juan
de Argüeso Gutiérrez sobrino y heredero de León Argüeso y Argüeso. Y a la que contribuyeron
posteriormente descendientes y amigos de la familia vinatera.
Juan de Argüeso y Gutiérrez
Ana Gómez Díaz-Franzón en su libro “Arquitectura del veraneo y su época en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz),
1900-1950” (2011) la describe así:
“(…) se construyó
dentro de un acabado estilo neogótico, resaltando la refinada decoración de sus
tres alargadas ventanas laterales, realizadas en piedra, al igual que la
portada y espadaña. De planta rectangular, en su reducido interior, cubierto
mediante bóvedas de cascarón, se venera dentro de retablo ojival, la imagen de
la Virgen del Carmen atribuida al escultor Juan de Astorga.”
Foto: A. Barba
La imagen de la Virgen del Carmen de la Capillita es imagen
de Gloria que representa a la Virgen Madre en Majestad de pie en actitud
erguida con el Niño en su brazo izquierdo y el cetro de Reina en la mano
derecha.
Foto: lalentecofrade.com
La imagen responde al tipo usual en obras de imaginería de
vestir realizada en madera policromada al gusto popular andaluz. La imagen de
vestir o vestidera, tiene su origen en el siglo XIII (Virgen de los Reyes) y
pronto se convirtió en un fenómeno popular, que va de lo sobrio y austero al enriquecimiento y la ornamentación.
Aunque no está documentada es obra, más que probable, de
Gabriel de Astorga en torno a 1860.
Gabriel de Astorga Miranda (1804-1895), fue el segundo hijo
del reconocido artista Juan de Astorga (1777-1849), que intentó seguir los
pasos de su padre aunque su maestría fuese más limitada. En 1827, ingresó como
profesor ayudante de Escultura en la Real Escuela de Nobles Artes, siendo su
padre Director de Escultura. En 1829, 1830 y 1834 recibiría premios por su
labor escultórica en la Escuela de Nobles Artes de Sevilla.
En 1848, fue nombrado Académico de Mérito en la Real Academia
de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría de Sevilla y al año siguiente, a la
muerte de su padre, ascendió al cargo de Director Interino de Escultura, aunque
pasado un tiempo su trayectoria académica decaería. Pese a ello, gozó de fama y
prestigio durante su vida, especializándose en la producción de imágenes de
vírgenes de vestir. Estilísticamente se sitúa en el eclecticismo imperante de
la 2ª mitad del siglo XIX. Aunque no es un creador de tipos iconográficos, sus
modelos femeninos son muy reconocibles, con rostros más maduros y abundantes en
papada que las de su padre y maestro.
Gabriel de Astorga
también destacaría en su faceta de “restaurador”, la crítica erudita de su
tiempo lo calificó como el imaginero sevillano más importante de la segunda
mitad del siglo XIX.
Foto: lalentecofrade.com
La Virgen del Carmen de la Capillita posee la belleza de la
Virgen romántica sevillana en la que sobresalen la dulzura de unas facciones
redondeadas, una policromía sonrosada bien pulimentada, y el pelo tallado,
características propias de las imágenes de Gabriel de Astorga.