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Imágenes inéditas y nuevos datos de la vizcondesa de Termens en la reedición de 'La Infantona' de Salvador Guzmán
El historiador José Luis Casas, la delegada municipal de Cultura, Mª Sierra Sabariego, y el profesor egabrense Salvador Guzmán Moral. / J. MORENO |
El Patio de Cristales del IES Aguilar y Eslava acoge la presentación de la obra.
Entrevista | Salvador Guzmán «La vizcondesa de Termens fue una mujer avanzada para su época»
Salvador Guzmán ha publicado una reedición de ''La Infantona. Rival de la Infanta Eulalia. Carmela Giménez, la vizcondesa de Termens', descubriendo nuevos datos de quien fue amante del infante Antonio de Orleans.
José Moreno
Diario CÓRDOBA
Cabra, 25 SEPT 2025
-En estos días ha vuelto a las librerías, quince años después de su primera edición, el libro ‘La Infantona. Rival de la Infanta Eulalia. Carmela Giménez, vizcondesa de Termens’. ¿Qué le ha llevado a hacer esta reedición?
-La edición original de La Infantona (2010) se agotó al poco de salir y muchos lectores se quedaron sin posibilidades de leerla. Desde entonces, muchas personas me han preguntado cómo hacerse con un ejemplar o si se iba a hacer una reedición. Y este ha sido el motivo fundamental de su nueva publicación: atender a los muchos interesados en esta historia, corrigiendo y actualizando datos del texto original, con una nueva maquetación e incorporando nuevas aportaciones gráficas (fotografías inéditas).
-Este trabajo es fruto de muchos años de investigación. ¿Ha sido difícil acceder a algunos documentos y testimonios de aquellos que la conocieron?
-Este libro es resultado de una combinación diversa de recuerdos, documentos e informaciones recogidas, especialmente, entre Sanlúcar de Barrameda y Cabra y que, personalmente, me ha resultado una tarea gratificante y apasionante. Todo surgió a raíz de mi tesis doctoral sobre el mausoleo de la Vizcondesa de Termens de Cabra, una obra emblemática de Mariano Benlliure en la que descubrí a su promotora, Carmen Giménez Flores, la Infantona o la Sarroqueña, como le llamaban en Cabra. Un personaje enigmático y controvertido, del que se contaban muchas cosas, pero del que se desconocía su verdadera historia. Sin embargo, la suerte me puso en el camino muchos documentos y testimonios, que como si de un gran rompecabezas se tratará empezaron a encajar, dando lugar a poder recomponer su verdadera biografía.
-En esta reedición, junto al texto original, se muestran fotografías procedentes del álbum familiar de la vizcondesa. ¿Qué podemos conocer de nuevo de su personalidad?
-Con las fotografías conseguidas a lo largo de este tiempo hemos reconstruido un verdadero álbum familiar de la vizcondesa de Termens, que ha sido posible por las aportaciones de muchas personas, pero especialmente de la familia Muñiz Von Schmiterlöw y la familia Ropero Marín, que me las han cedido gentilmente. A partir de esta colección de fotografías de finales del siglo XIX y primer cuarto del siglo XX podemos apreciar la construcción de su imagen personal. Actualmente existe un interés creciente por este tipo de fotografía sobre la construcción de la imagen de la mujer. Los álbumes de fotografías de esta época plantean estrategias visuales y discursivas que utilizan el repertorio histórico del retrato o la escena de género para proponer la elegancia y la diligencia doméstica en la vida cotidiana de las damas de clase alta o de cómo las mujeres se colocaron ante la cámara y buscaron caminos para tomar el control de su propia imagen. Álbumes fotográficos como este de la vizcondesa de Termens nos sirven para conocer mejor los comienzos de lo que hoy llamamos «empoderamiento femenino».
-De siempre ha estado interesado en la figura de Carmela Giménez. ¿Qué le atrajo de ella?
-Su legado sigue presente y sigue viva su historia de novela, la que cuenta cómo la hija de un zapatero y una criada se convirtió en una rica aristócrata que supo hacer de los sueños su destino. A partir de su ruptura con el infante don Antonio y de los problemas familiares y disputas judiciales con la familia Orleans-Borbón, Carmen Giménez, haciendo honor a su título de vizcondesa, iniciaría una serie de proyectos artísticos, de beneficencia, culturales o religiosos que constituyen un importantísimo legado patrimonial... y buena prueba de ello es el reciente reconocimiento de su mausoleo como BIC.
-¿Se puede decir que fue una mujer avanzada para su época y, en cierta manera, transgresora?
-Evidentemente. Carmen Giménez es mujer de su tiempo, pero su trayectoria personal y sus peripecias vitales nos llevan a afirmar que fue una mujer moderna y avanzada para su época. Se paseó por los grandes salones de Madrid, París y Londres. Fue protagonista de la prensa del corazón de una de las épocas más apasionantes de la historia de España, en una disputa matrimonial que terminaría con la primera separación oficial en la Casa Real española. Por todo esto, por su forma de vivir y entender la vida, indudablemente, Carmen Giménez, hasta el último momento, fue dueña de su propio destino, transgrediendo muchas normas sociales y convenciones de su tiempo.
-¿Se conoce ya todo lo que la rodea a la misma o quedan aún algunos aspectos por conocer?
-Bueno, siempre habrá nuevos elementos y datos que analizar y, sobre todo, que contextualizar. Su relación con la familia Orleans- Borbón todavía presenta algunas lagunas. Pero, sin duda, Carmela Giménez, mujer de gran encanto y belleza, cautivaría al desdichado Infante de Orleáns, heredero de la dinastía de los Montpensier, casado por razones de Estado con su prima la infanta Eulalia, hermana del rey Alfonso XII. Y probablemente el punto de vista y la personalidad de Antonio de Orleáns pueda ser motivo para otras investigaciones y quién sabe si otro libro.
Entrevista | Salvador Guzmán revela la vida 'libre' de la Vizcondesa de Termens: «Hizo de sus sueños su destino»
El escritor presenta este viernes en Cabra la reedición de su libro 'La Infantona' donde relata la azarosa vida de la egabrense Carmen Giménez Flores.
Salvador Guzmán ha publicado una reedición de su libro «La Infantona», que trata sobre la vida de Carmen Giménez Flores, Vizcondesa de Termens. Este nuevo ejemplar corrige algunos de los datos del texto original e incluye fotografías inéditas de doña Carmen. ABC analiza con el escritor el personaje de la Infantona.
-Empecemos por lo básico: ¿quién era Carmen Giménez Flores?
Hablar de Carmen Giménez Flores es hablar de un personaje muy relevante en la historia de la ciudad de Cabra y en la sociedad de la época, finales del siglo XIX y principios del XX. Fue un personaje muy controvertido y protagonista de la crónica social, y todo ello a partir de la relación «escandalosa» que tuvo con un infante de España, don Antonio de Orleans y Borbón.
-¿Cómo consigue una persona con unos orígenes tan humildes, convertirse en la Vizcondesa de Termens?
Viernes, 26 de septiembre PRESENTACIÓN de la nueva edición de LA INFANTONA
El próximo viernes, 26 de septiembre de 2025 a las 20:00 h. se presenta en el Patio de Cristales del IES Aguilar y Eslava y Fundación Aguilar y Eslava - Cabra la nueva edición de LA INFANTONA que será presentada por el historiador José Luis Casas Sánchez.... ENTRADA LIBRE.
Recreación y estudio con IA del escudo de armas de la Vizcondesa de Termens
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Recreación con IA de una fotografía del escudo de la vizcondesa de Termens en un edificio de París, como el que llegó a colocar en su casa de la Rue Spontini, 48 |
Hoy queremos compartir un proyecto que fusiona la heráldica, el estudio histórico y las capacidades avanzadas de la Inteligencia Artificial. Nuestro objetivo es la recreación y análisis del escudo de armas de la Vizcondesa de Termens, explorando sus detalles intrínsecos y dándole vida a través de diversas representaciones artísticas generadas por IA.
La Inteligencia Artificial (IA) se está consolidando como una herramienta transformadora también en la investigación histórica. Al aprovechar sus potentes algoritmos, los investigadores podemos desentrañar y generar nuevas hipótesis y, como en este caso, recrear visualmente elementos del pasado que tradicionalmente requerían un extenso trabajo manual. Esta capacidad de generar imágenes de alta fidelidad abre nuevas vías para la divulgación y el estudio, permitiendo una visualización más inmersiva y accesible de la historia.
No obstante, es fundamental abordar el uso de estas tecnologías con un espíritu crítico y con la necesidad de verificar la autenticidad de las fuentes digitales y de contextualizar adecuadamente la información generada por IA. Asimismo, el riesgo de que la proliferación de datos y la "sobreinformación" obstaculicen una interpretación objetiva de los eventos o elementos del pasado nos obliga a mantener una vigilancia académica constante.
Antecedentes históricos: La concesión del Vizcondado de Termens
La historia del título de Vizcondesa de Termens se remonta a principios del siglo XX. En 1909, a instancias de una persistente demanda de don Antonio de Orleáns a su sobrino, el Rey Alfonso XIII, se concedió el título de Vizcondesa de Termens a doña Carmen Giménez Flores.
Este proceso comenzó en 1907, cuando don Antonio sufragó los costes de la rehabilitación del título de vizconde de Termens. Para ello, se emprendió una meticulosa investigación genealógica de la familia Brito, abarcando desde el nacimiento del I Vizconde de Termens, don Gregorio Brito, en 1600, hasta el de doña María del Carmen Giménez Flores en 1867.
Entre 1907 y 1909, don Luis Rubio Ganga, cronista y Rey de Armas de S.M. Alfonso XIII, recopiló y analizó una vasta documentación: 83 partidas sacramentales, diversos documentos de distinta índole, notas y extractos, todos ellos cruciales para la confección del árbol genealógico de la familia Brito. Su labor se centró en establecer las relaciones de parentesco entre los individuos mencionados y don Gregorio de Brito, el primer vizconde de Termens, y doña María del Carmen Giménez Flores, a quien correspondía la documentación más reciente.
Las conclusiones de este exhaustivo informe confirmaron que doña Carmen Giménez Flores y Brito y Milla era descendiente directa de don Gregorio Brito. Por tanto, se determinó que era la legítima acreedora a ostentar dicho título, siempre sin perjuicio de terceros con mejor derecho.
Como resultado de este proceso, el 17 de diciembre de 1909 se expidió la Real Carta de sucesión en el título de Vizconde de Termens a favor de doña Carmen Giménez. Poco después, el 10 de enero de 1910, S.M. don Alfonso XIII de Borbón expidió una Certificación Real que autorizaba el uso de su escudo de armas –tanto en grabados como en joyas, enseres, etc.– por ella y sus descendientes.
El Escudo de Armas de la Vizcondesa de Termens.
Los escudos de armas han servido, desde el siglo XIII hasta el XIX, no solo como señal de posesión y adorno, sino también como una poderosa seña de identidad en innumerables objetos, monumentos y documentos. La heráldica de la Vizcondesa de Termens es un fiel reflejo de los cánones estéticos y estructurales de los escudos del siglo XIX.
Su diseño está cuartelado en CRUZ, lo que implica una división del campo del escudo en cuatro secciones, cada una destinada a representar las armas de uno de los apellidos que confluyen en el linaje de la Vizcondesa.
A continuación, se detalla la descripción heráldica de cada cuartel:
Jefe del Escudo (Parte Superior):
Cuartel Diestro (Superior Izquierdo): Presenta un campo de gules (rojo) sobre el cual se disponen en oro (amarillo o dorado) dos espadas cruzadas, flanqueadas por dos columnas adosadas y superadas por una flor de lis. Estas son las armas correspondientes al apellido Giménez.
Cuartel Siniestro (Superior Derecho): En un campo de gules (rojo), se aprecian tres flores de lis en oro, todo ello enmarcado por una bordura de gules. Estas son las armas del apellido Flores.
Punta del Escudo (Parte Inferior):
Cuartel Diestro (Inferior Izquierdo): Se caracteriza por un losangeado alternante de gules (rojo) y plata (blanco o plateado). Los nueve losanges de plata están cargados con leones rampantes de gules. Estas son las armas de los Brito.
Cuartel Siniestro (Inferior Derecho): Muestra un campo de gules (rojo) con una banda en oro, sobre la cual se disponen una serie de aves pequeñas, conocidas heráldicamente como cojudas o alondras. Estas son las armas de los Milla.
Finalmente, el escudo se encuentra timbrado con un yelmo y cimeras, elementos que refuerzan su carácter nobiliario. Sobre estos, se sitúa la insignia vizcondal: una corona de oro adornada con tres perlas mayores y otras menores, distintivo inequívoco de su título.
La IA como colaboradora creativa en la recreación digital del escudo de armas de la Vizcondesa de Termens
Para llevar a cabo este proyecto de recreación visual, nos hemos apoyado en una avanzada herramienta de Inteligencia Artificial capaz de interpretar descripciones detalladas y generar imágenes fotorrealistas o estilizadas. El proceso ha sido una verdadera colaboración entre la precisión histórica y la capacidad generativa de la IA.
Nuestro trabajo comenzó con un estudio preliminar basado el diseño heráldico más correcto para este título. En lugar de partir de una única fuente, nuestro punto de partida fue el análisis de la iconografía de escudos de la Vizcondesa de Termens localizados en diversas fuentes documentales y físicas: grabados de época, relieves en monumentos y escudo en edificios, detalles en verjas y elementos decorativos en utensilios.
Este enfoque nos permitió entender las características formales, la ornamentación (yelmo, corona vizcondal y lambrequines) y la disposición de los cuarteles típicos de la época, para así crear una base sólida para el proceso de creación digital.
Una vez que tuvimos la base conceptual, pasamos a la fase de recreación digital. Utilizamos la IA para generar una primera versión del escudo, un dibujo ilustrativo en color que incorporaba los elementos y colores descritos en la heráldica.
A partir de esta primera imagen, la versatilidad de la IA nos permitió explorar la pieza en múltiples formatos y estilos, demostrando cómo una misma descripción heráldica puede manifestarse de diversas maneras artísticas, como esta representación pictórica:
Versión en Piedra: Para simular la sensación de una talla monumental, la IA reinterpretó los elementos del escudo en un relieve de piedra, destacando el volumen y las imperfecciones propias del material.
Versiones en Metales: Exploramos la pieza en un estilo metalizado, creando una versión en bronce que evoca el paso del tiempo y otra en plata que refleja un acabado más pulido y contemporáneo, como el de una pieza de joyería o un grabado.
Este proceso no solo nos permite visualizar el escudo en un formato que la Vizcondesa de Termens podría haber visto en vida, sino que también subraya cómo la tecnología actual puede ser una herramienta poderosa para la divulgación histórica y la preservación del patrimonio, permitiendo que estas piezas de arte y conocimiento sean accesibles y comprensibles para un público más amplio.
Nueva edición de LA INFANTONA (2025)
En unos días estará disponible la nueva edición de LA INFANTONA (2025).
En esta reedición encontraremos el texto original, revisado y corregido, pero sobre todo una nueva maquetación de las fotografías conseguidas a lo largo de este tiempo y que constituyen un verdadero álbum familiar de la vizcondesa de Termens...Gracias a todas las personas que con su interés e insistencia han hecho realidad esta nueva publicación...
VÍDEO de la conferencia LA INFANTONA en el Colegio de Médicos de Sevilla (19/12/2024)
Misa de acción de gracias por la despedida definitiva de las Hijas de la Caridad en Cabra.
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Sor Pilar Pedrosa García, la última monja de Termens, recoge un recuerdo que le entrega la corporación municipal |
Adiós a las monjas de Termens
Sor Pilar Pedrosa firma en el libro de honor del IES Aguilar y Eslava en 2009. |
Salvador Guzmán MoralPresidente de la Fundación Aguilar y Eslava de Cabra
Este sábado, 11 de enero, se celebra en Cabra un acto de reconocimiento y despedida a las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, que, definitivamente, dejan el Colegio del Niño Jesús de la Fundación Escolar Vizcondesa de Termens, el gran proyecto de Carmen Giménez Flores (1867-1938) y por el que aún se le sigue recordando.
De esta forma se pone punto y final a una historia de noventa años en la que se han vivido dos etapas bien diferenciadas. Un primer periodo que va desde su apertura en 1934 hasta 1971 dedicada a la educación primaria, por la que pasaron estudiantes muchos de los cuales continuarían la educación secundaria en el instituto de Aguilar y Eslava. Y una segunda etapa, que arranca en 1972 y que ha llegado hasta hoy, comprometida admirablemente con la educación y la atención al alumnado con necesidades educativas especiales.
En estos momentos en los que se cierra una página importante de la memoria educativa, social y cultural de la ciudad, resulta obligado recordar, al menos, los inicios de su historia.
La Fundación Escolar Termens sucedería en el tiempo a otras del siglo XIX como la Obra Pía, la Escuela de la Sociedad de Amigos del País y la Escuela Normal, aunque su precedente inmediato lo encontramos en el grupo escolar llamado del Niño Jesús de Praga, un colegio de párvulos que ya regentaban en Cabra las Hijas de la Caridad desde 1904.
El grupo escolar
El proyecto de grupo escolar donación de la vizcondesa de Termens data de 1930. Esta gran empresa estaría dirigida por el arquitecto italiano Enrique Daverio y consistiría en la construcción de un edificio principal y otros secundarios como dependencias de un centro educativo, situados en una espléndida huerta que a tal efecto adquirió Carmen Giménez. De igual forma se construiría una capilla donde se instalaría el mausoleo con todos sus elementos escultóricos y decorativos y parte de la verja que la rodeaba en el cementerio, así como otras obras artísticas encargadas al efecto.
Alumnos de Termens con sus monjas profesoras (1940). / Cabra en el Recuerdo |
El presupuesto inicial para levantar este edificio, firmado el 1 de octubre de 1930, ascendería a la cantidad de 131.000 pesetas y el contrato quedaría firmado por las partes el 26 de noviembre de 1930.
El ambiente anticlerical que trajo consigo la Segunda República no era el más propicio para el desarrollo de la Fundación Termens, al ser una institución religiosa. En principio estaba prevista su inauguración para 1931, pero a los retrasos inevitables en la terminación de las obras se le unirían las incertidumbres derivadas de la política del país y de la ciudad de Cabra.
Con el triunfo de la derecha en las elecciones generales de noviembre de 1933 mejorarían las relaciones del Estado con la Iglesia. Así, después de superar numerosas trabas administrativas, en 1934 la Fundación Escolar Termens estaba ultimada.
El periódico local La Opinión informaba sobre la bendición de estos nuevos grupos escolares, que se inaugurarían el 16 de julio de 1934:
«Ayer lunes 16, a las 8 de la mañana, se llevó a efecto con gran solemnidad, la bendición de los Grupos Escolares que, para niños pobres, ha fundado en esta ciudad la Excma. Sra. Dª Carmen Jiménez Flores, Vizcondesa de Termens. Aludida ceremonia y la primera Misa, estuvo a cargo del Rvdo. Padre Adolfo Tobar, Visitador de los PP: Paúles y de las HH: de la Caridad».
Y es que quiso su fundadora, efectivamente, que este colegio fuera en beneficio de los más humildes y para ello costeó no solo la obra y su dotación, sino que además destinó una renta en vida y la renta futura de un capital fundacional.
Por otra parte, era su deseo que su nueva escuela estuviera regida por las Hijas de la Caridad, lo que la llevó a establecer un contrato, «conforme al cual las Hijas de la caridad se establecen en Cabra para encargarse de unas escuelas gratuitas». Dicho acuerdo fue «celebrado y firmado», por una parte, por la vizcondesa de Termens, fundadora, y de la otra por Adolfo Tobar, director de las Hijas de la Caridad, y sor Justa Domínguez, visitadora de las mismas.
Sin duda, la presencia del padre Adolfo Tobar Mayoral, superior de los Padres Paúles y director general de las Hijas de la Caridad en España, y de sor Justa Domínguez, superiora de las Hijas de la Caridad españolas, es importantísima para comprender el alcance y compromiso entre esta congregación religiosa y la vizcondesa de Termens.
Convenio
En el referido convenio firmado, a las cláusulas referentes a la organización del establecimiento, empleos y dotación de las monjas, etcétera, Carmen Giménez añade otras en las que especifica que la fundación constaría de «cuatro hermanas, por lo menos, y dos de ellas con el título de maestras» y expresa que, además, serán las responsables del cuidado y mantenimiento del mausoleo trasladado a la iglesia de la fundación.
A partir de 1934, la Fundación Escolar Termens iniciará su actividad docente continuando la labor anterior desarrollada en el antiguo colegio del hospital, y con la satisfacción de las hermanas de la Caridad de entonces: sor Emerita Goñi, sor Felisa Calvo, sor Sabina Prada y la superiora, sor Peregrina Olmos, vieron cumplida la promesa de la vizcondesa de que tendrían una «escuela modelo» moderna y perfectamente dotada.
En 1940, el Ministerio de Educación aprueba su clasificación como benéfico-docente y poco después, en mayo de 1942, en el acta de una habitual visita realizada a la Fundación Termens, la entonces inspectora de educación de Primera Enseñanza, Josefa Moyano, escribe con emoción:
«Si la educación en el concepto católico ha de ser formación integral del individuo y hacer del niño el hombre perfecto, teniendo por modelo a Jesucristo, necesariamente hay que afirmar que las Hermanas de la Caridad que dirigen estas escuelas de la Fundación Termens realizan una obra educativa completa».
Somos muchos los que, a pesar del tiempo transcurrido, aún tenemos presente nuestro paso por el colegio de Termens y el recuerdo de sus monjas: la rectitud de sor Isabel, la paciencia de sor Julia, el mal genio de sor María y, cómo no, el cariño de sor Pilar.
La última
Sor Pilar Pedrosa, la que ya es la última de las monjas de Termens y de la que nos quedará para siempre su paciencia infinita cuando los niños acudían a su mesa a leer la página correspondiente de la cartilla, y en mi caso (disculpen la referencia personal) cuando para sofocar mi lloriqueo infantil me daba un puñado de lápices de colores y me ponía a dibujar a su lado, pegado a sus faldas; algo que para un niño como yo (entonces de cincos o seis años) era el regalo maravilloso de aquella monja, tan guapa como mi madre.
Tiene razón el profesor José Luis Casas cuando afirma que el juego de la memoria es como un cesto de cerezas: tiras de una y sale otra, y otra y no hay forma de terminar. Por eso hablar del colegio de Termens, para muchos de nosotros, supone recuperar multitud de imágenes, evocaciones, recuerdos...
Publicado en el Diario CÓRDOBA (11/01/2025)
https://www.diariocordoba.com/cordoba/2025/01/10/adios-monjas-termens-113255368.html