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El automóvil, un signo de estatus.


Fotografía realizada en París el 5 de mayo de 1914. José Tavira, sobrino de la Infantona, posa junto a un automóvil propiedad del infante Antonio de Orleáns; también se aprecia el perro de D. Antonio situado junto al chófer, mientras un criado contempla la escena.

El impacto que supuso el automóvil en el primer cuarto del siglo XX fue extraordinario. Cuando aparecieron los primeros automóviles no existía una palabra para designar al sujeto que conducía aquel extraño vehículo sin caballos, de modo que en francés se adoptó el nombre del trabajador que cumplía tal función en la locomotora que era el único vehículo mecánico para pasajeros existente hasta entonces. Como la cultura francesa contaba por entonces con gran prestigio en España, chauffeur, fue rápidamente adquirido por el castellano y adaptado por la Real Academia Española a chofer o chófer, mientras que en inglés y alemán, la palabra francesa fue tomada sin variaciones.
Los primeros coches tenían un altísimo precio, hasta el punto que un en los años 20 un coche usado podría costar de 15 a 20.000 pesetas, el equivalente de varios años de un sueldo medio. Se empleaba la expresión “poner coche” para indicar que una familia podría exhibirlo más que como un medio de transporte, como un símbolo de riqueza y distinción.
La vizcondesa de Termens tampoco estaría ajeno al uso del automóvil:

“Marchó en su auto al extranjero la señora Vizcondesa de Termens”
(La Voz de Sanlúcar/2 de julio de 1910)

Un auto francés de aquellos años como un Darracq, Berliet, Renault, De Dion Bouton, Peugeot, o bien un Start inglés, o uno de nuestros reconocidos Hispano-Suiza. Los vehículos que utilizó la vizcondesa de Termens eran propiedad del infante y su conducción era una responsabilidad recayó durante mucho tiempo en un leal sirviente conocido como Francisco apodado “Matacristos” y ocasionalmente por alguno de sus sobrinos.
El 26 de febrero de 1923 el entonces marido de la vizcondesa, Luis Gómez de Villavedón, inscribe un automóvil de uso privado y de 4 asientos en el Registro de carruajes de lujo del Ayuntamiento de Cabra.