Visitas

La vida bohemia de Louise Chardonnet, Fernand Laffitte y Antonio de Orleáns


Hacia 1914, Antonio de Orleáns iniciaría una nueva relación sentimental y en esta ocasión sería con una bella parisina llamada Louise Chardonnet. Una nueva y última, que sepamos, amante, a quien terminaría montando una lujosa residencia en la rue Rembrandt de París; para posteriormente, cederle tres de sus fincas de Bolonia, valoradas en más de cuatro millones de pesetas y numerosos cuadros y joyas de valor incalculable.

El Infante conoció a mademosille Chardonnet en un restaurante del bohemio barrio de Montmartre. Y dicen los que los conocieron en aquellos días, que al poco tiempo de tratarse, ella empezó llamarle “Tony” y le elegía sus pijamas, mientras que él la llamaba “bella Lulú” y le hacía regalos continuamente.

Para mantener ese tren de vida y poder agasajar a “la Chardonnet”, como empezaron a llamarla en el entorno del infante, don Antonio llegó a solicitar cinco millones de francos en préstamos.

Sus formas de proceder eran muy parecidas a la de los primeros años de relación con Carmela, la Infantona, si acaso, agravado por un acusado deseo por obsequiar a su joven amante y por la reacción diferente por parte de los hijos del Infante, que al ser ya mayores, empiezan a prever sus negativas consecuencias.


En el mismo club nocturno parisino de Montmartre que era uno de los establecimientos favoritos de la Chardonnet y del príncipe Antonio, hizo su aparición un tercer personaje, Fernand Laffitte.

Laffitte era un francés inteligente y audaz,  que conocería a la peculiar pareja y que fue capaz de enamorar perdidamente a la voluble Louise y, al tiempo, trabar una profunda amistad con el propio Infante.  De esta forma nació un triángulo de afectos, que llevó al casamiento de la Chardonnet con el apuesto Laffite, al tiempo que seguiría compartiendo su “íntima amistad” con el duque de Galliera.

Fernand Laffite, era lo que llamaríamos hoy un “latin lover”, un tipo alto y apuesto, de mirada penetrante, cabello oscuro  y facciones fuertes.  Louise Chardonnet  se vestía a la moda y de joven llegó a ganar un premio a la chica más bonita de Francia. El infante Antonio se divertía enormemente con sus dos nuevos amigos, que se convirtieron en íntimos. El príncipe de Orleáns aburrido de la vida cortesana se mostraba encantado con aquella vida bohemia parisina. Y después de la tercera botella de champán, el Infante era capaz de desprenderse de cualquier tesoro familiar en favor de la Bella Lulú.

Entre los regalos que recibió la bella Lulú de su principesco amante dicen que se encontraban un Murillo, dos Tintoretto, alrededor de media docena de obras de Goya, un Barrington, un Watteau y varios Denechaud. Algunos de estos cuadros, valiosísimas obras de arte se venderían para sostener aquella extravagante vida que los conduciría por distintas peripecias y escándalos que próximamente les reseñaremos….