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Un personaje de novela


La vida de Carmen Giménez transcurrió con normalidad hasta que conociera al Infante de España don Antonio de Orleáns, duque de Galliera. El comienzo de sus relaciones con el primogénito de los duques de Orleáns se debe situar en torno a 1888 y se realizó en la casa madrileña del político egabrense Ulloa y Valera, conocido personaje de la vida social y política de finales del siglo XIX. La familia formada por don Juan Ulloa y Valera y doña Francisca Dávila y Ponce de León, tuvo durante años a su servicio al matrimonio Giménez Flores y, a la muerte de José Giménez en 1876, acogieron en su casa a la pequeña Carmen, procurándole educación, trabajo y protección.
El infante Antonio de Orleáns, aunque casado formalmente con la infanta Eulalia de Borbón, en aquellos años hacía vida de soltero. Su posición y dinero le procuraban una corte de aduladores y alzacolas que lo llevaban de fiesta en fiesta, y en los que alternaba con bellas jóvenes que se disputaban los agasajos de aquel príncipe voluble. Y es que la sociedad de nuestros abuelos admitía la vida airada con bastante naturalidad, a pesar de la general hipocresía que gobernaba los asuntos morales. La "entretenida", la "protegida", es mujer de condición humilde que bajo la protección de un hombre rico hacía de esa situación una forma de ascenso social. En 1897 el eximio escritor egabrense don Juan Valera en una carta dirigida a su buen amigo don Juan Moreno Güeto, agradece las curiosas noticias que le da sobre esta mujer:
Madrid 12 de Febrero 97
Sr. Don Juan M. Güeto
Mi querido amigo y tocayo: Con mucho gusto recibí, días ha, la carta de Vd. del 3, y la curiosas noticias que en ella me daba acerca de la vida y costumbres, variadas andanzas y lances de amor y fortuna de la Poyata y de la Sanroqueña, tipos castizos y originales que podrán un día servirme para escribir interesantes novelas.